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En la ciudad de Kalisz, Polonia, los días eran largos, grises, fríos y sobre todo silenciosos. La ausencia de interacción humana me llevo a desarrollar cierta comunicación con el parque Przyjaźni. En este parque el silencio de la ciudad era todavía más evidente, sin embargo, el propio sonido del río Prosna acompañado de los sonidos de la vida que ocurría alrededor de él, me hacia sentirme menos solo que en el propio centro comercial de la ciudad.

 

Era un parque grande, muy verde, lleno de ardillas y de vida. Apenas a 30 minutos de la residencia de estudiantes donde estaba alojado, encontré en este parque una vía de escape. Era el sitio más aislado de la ciudad, pero al mismo tiempo, el más vivo. Era habitual, si caminabas unos pocos kilómetros hacía las afueras encontrarse con cervatillos, conejos y decenas de ardillas. Muchos días, algunos por insomnio, me despertaba para salir a correr entre los árboles antes de entrar en clase. Y puedo decir, que era el momento del día que mas disfrutaba. 

 

De esta manera fui adquiriendo un cariño extraño por sus arboles y el vapor que el agua del río desprendía cuando las temperaturas, en muchas ocasiones, bajaban de los 0 grados. Fue un lugar de aislamiento con el mundo y de acercamiento conmigo mismo y supuso un gran alivio en poder permitirme escapar de un núcleo urbano post soviético que hacía a cualquiera sentirse pequeño.

 

Paseo matutino, Kalisz, Polonia

80,00 €Precio
  • "Paseo matutino, Kalisz". Obra realizada en el año 2025 en la ciudad de Kalisz, Polonia, por Julen Oroz. Todos los derechos de se reproducción y copia están reservados al artista.

     

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